Pasamos ahora a visitar la zona baja de Bragança, para ello debemos atravesar la Porta da Vila y descender por la pronunciada pendiente de Serpa Pinto. Esta calle nos lleva directos a la siguiente parada que propongo.
Igreja de Sâo Vicente
Esta iglesia llama la atención desde que pasas delante de ella y es que para mí se encuentra en una de las plazas con mayor encanto de la ciudad. Con su portada manierista, su fuente y capilla aledaña me resulta una visión muy curiosa.
Esta iglesia es de gran importancia en la historia de Portugal por haber sido el lugar de casamiento de Don Pedro I de Portugal y Doña Inés de Castro (un amor prohibido).
La historia de amor entre don Pedro y doña Inés es de gran fama en Portugal pero, sin embargo, bastante desconocida para los españoles. Doña Inés de Castro fue mandada asesinar por el rey de Portugal, padre de don Pedro, por la presión que sufrió de la nobleza portuguesa para que su hijo y ella no se casaran. Este hecho llevaría a que fuese reconocida como princesa (hay que destacar que ella era castellana), lo cual no podían permitir. Y es que la relación de ambos comenzó además como amantes, ya que doña Inés era la dama de honor de la esposa de don Pedro, Doña Constança.
Don Pedro, destruído por el asesinato de su amada, libra una lucha feroz contra su padre. Años más tarde, cuando se convierte en rey de Portugal, pide desenterrar a doña Inés y situar su cuerpo en descomposición en el trono real del monasterio de Alcobaça para nombrarla reina y pide que todos los nobles le besen la mano como la tradición marcaba en ese entonces. Una historia siniestra o la mayor muestra de amor, esta historia está ligada a Bragança porque don Pedro aseguró que se había casado con ella en esta iglesia de Bragança. Pudiendo así, nombrarla reina póstuma. Hoy descansan juntos por toda la eternidad en el monasterio de Alcobaça.
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