10 experiencias inolvidables en Santiago do Cacém

Atardecer en Praia da Fonte do Cortiço
Atardecer en Praia da Fonte do Cortiço.

Santiago do Cacem es una bonita población del Alentejo portugués, más concretamente del distrito de Setúbal. Ubicado a una hora y media aproximadamente en coche de la capital portuguesa, Lisboa, esta localidad es perfecta para una escapada. Su patrón es evidentemente Santiago Apóstol y por ello se encuentra hermanada con Santiago de Compostela y sus fiestas patronales son el 25 de julio. Acompáñame a descubrir qué ver en Santiago do Cacém.

Más allá del centro urbano, lleno de historia y belleza arquitectónica, nos encontramos una serie de maravillas que harán que no quieras irte de Santiago do Cacém o que te irás deseando volver. Dunas inmensas, playas infinitas, carreteras salvajes, atardeceres de ensueño, ruinas romanas y alcornoques a cada paso. Te invito a recorrer este rincón de Portugal, tan desconocido pero a la vez tan mágico. 

Praia da Fonte do Cortiço en Santiago do Cacém
Praia da Fonte do Cortiço
vista general De Santiago do Cacém

Experiencias inolvidables en Santiago do Cacém

Aprender sobre el funcionamiento del Moinho da Quintinha

Me encontré con este molino a la entrada de Santiago do Cacém, muy cerca a las ruinas romanas de Miróbriga. La explicación de Jorge hizo que la visita a este molino fuese inolvidable. Movió la hélice manualmente y nos enseñó cómo se mueve la piedra con el movimiento de la hélice y su utilización para moler el maíz. Este es el único molino que pertenece al ayuntamiento ya que los demás que se ven por la ciudad son privados y, por lo tanto, no visitables.

Moinho da Quintinha en Santiago do Cacém
Moinho da Quintinha
Trasladarse a la época romana en MIRÓBRIGA

Espectaculares ruinas romanas. Se aprecian los diferentes núcleos de la ciudad romana. Al inicio comenzaremos viendo las casas y zona habitacional, luego por una calzada romana se desciende a la zona de las termas y el puente romano. Se situaban en esta parte baja porque aprovechaban el agua pluvial para utilizar en sus baños.

Luego se vuelve a subir hacia la zona más importante de la ciudad, la plaza principal. Muy cerca de ella encontramos “tabernae” o tiendas y una domus que conserva sus frescos originales y que es una maravilla. Interpreto que por su ubicación tan cerca de la plaza era la casa de alguien importante.

La plaza principal aparece presidida por un templo del siglo I d.C. de culto imperial. Este rincón  aún a día de hoy guarda una paz especial. La visita a este recinto te enseñará perfectamente como era la vida y la distribución de estas poblaciones en la época romana. Es un auténtico imprescindible qué ver en Santiago do Cacém.

Termas de Mirobriga en Santiago do Cacem
Templo imperial de Miróbriga
Domus con frescos en Miróbriga

Vigilar todo el perímetro desde el castillo

Se puede bordear todo el recinto del castillo en un agradable paseo, en el cual podrás disfrutar de unas vistas 360 grados de todo Santiago do Cacém e incluso ver el imponente océano Atlántico. Me siento, recorriendo su perímetro, como un custodio medieval que mira a su alrededor en la inmensidad de estas tierras observando que no lleguen enemigos. El sonido de las piedras o gravilla durante tu caminar, dota este recorrido de mayor realismo.

Castelo de Santiago do Cacém

Sucumbir al misterio en la capela de Sao Pedro

Este lugar se encuentra en un curioso enclave, en un prado solitario con unas vistas inmejorables del vecino castillo. Por un sendero de tierra, custodiado por un portón con la silueta de dos alienígenas (has leído bien) , llegas a este lugar envuelto en misterio y totalmente mágico. Sinceramente no tengo muy claro como explicar lo que sentí en esta capilla, una sensación de bienestar, paz, tranquilidad y sosiego. Como que en ese porche que te recibe, nadie ni nada puede perturbar tu calma. 

Capela de Sao Pedro en Santiago do Cacem
Qué ver en Santiago do Cacém : capela de Sao Pedro

Callejear por el centro histórico de Santiago do Cacém

El centro histórico de Santiago do Cacem es pequeño y fácilmente abarcable en un paseo. Piérdete por sus calles, descubre su arquitectura, esa que me recuerda al estilo colonial que se llevó a Brasil y especialmente disfruta de la magia de los pequeños detalles y déjate sorprender.

Maravillarte con el edificio de la estación de tren 

Me encontré este edificio de repente, sin buscarlo, mientras iba por la carretera y no pude resistirme a parar y observar sus detalles con detenimiento. Me dio la impresión de que ya está en desuso pero la belleza de esos azulejos azules tan tradicionales de todo Portugal mezclados con los colores blanco y amarillo tan característicos de las construcciones de esta zona me parecieron una verdadera joya.

estación de tren De Santiago do Cacém
Fachada principal estación de tren.

Vivir un atardecer mágico en Praia da Fonte do Cortiço 

La aventura comienza en cuanto pones dirección a esta playa y el asfalto de la carretera se va viendo devorado por la infinita arena de esta zona. Con dudas de que lleguemos a algún sitio o incluso de cómo será el regreso, la aventura se torna espectacular. La playa de  Fonte do Cortiço es un continuo de las demás playas de la región. Y es que en este lugar existen más de 60 kilómetros de playas ininterrumpidas. Por lo tanto, vemos kilómetros y kilómetros de arena y mar a ambos lados. Ver el atardecer en este punto es un espectáculo para los sentidos. Os comparto unos párrafos que escribí mientras disfrutaba de tan maravillosa puesta de sol.

Escuchar el batir de las olas con fuerza mientras el sol poco a poco se va acercando al horizonte, camino a iluminar a otros meridianos, a otros rincones del planeta. Al lado opuesto, la luna busca también su protagonismo. Viviendo siempre a la sombra del sol, del gran protagonista de los atardeceres y amaneceres que tanto nos gustan. La luna lo mira imponente, despidiéndose por unas horas. Horas en las que ella será nuestra luz, nuestro faro en la oscuridad de la noche. 

Veo gaviotas volar al límite casi levitando sobre el infinito mar, qué suerte de poder volar y disfrutar de esas perspectivas y esas sensaciones. Playa de arena que casi parecen piedritas, de extensión infinita a los ojos. Setubal a un extremo y Sines al otro ni se aprecian con esta nieblina que ha venido también a presenciar esta increíble puesta de sol.

Atardecer en Praia da Fonte do Cortiço
Atardecer en Praia da Fonte do Cortiço.

Dormir en una casa alentejana en Sao Francisco da Serra

Tuve la suerte de encontrar una casa espectacular en la plataforma de AirBnb que hizo que me enamorase aún más si cabe de esta zona, a veces escondida del turismo, en el Alentejo. Se ubica en el tranquilo pueblo de Sao Francisco da Serra, perfecto lugar para descansar, conectar con la naturaleza y pasear por la zona de la iglesia con sus tonos azules y blanco. En este punto se reúnen los lavaderos públicos que también merecen una visita. Si deseas información sobre esta maravillosa casa y su amable dueña Elzbieta, polaca enamorada de Portugal y de un portugués, pídemela con confianza en comentarios o por privado.

Aquí os comparto mis sensaciones de una noche de verano en la hamaca que hay en el porche de la casa.

Puedo sentir la inmensidad del universo, estrellas completamente visibles en este lugar sin apenas contaminación lumínica. Mi hamaca y yo seguimos compartiendo momentos, me ayuda a inspirarme para poder escribir. Qué lugar tan relajante, qué cómoda esta hamaca, qué “silencio”, sólo es interrumpido por el sonido incesante de los insectos que me merodean.

Qué bien se observan las constelaciones, y qué suerte de poder ser espectador en tan buen palco. El silencio a ratos también se ve interrumpido por los ladridos de perros vecinos. 

Grillos, ese sonido que reconozco al momento y que me traslada a mis noches en la aldea durante la infancia. Era mi lugar en la tierra. 

La silueta difusa de los árboles, cuyas hojas no se mueven en esta plácida noche de septiembre. La luna hoy tiene un gran brillo  e ilumina este bosque de alcornoques. Hoy, gracias a su plateada luz, soy capaz de ver el entorno, apreciar esta linda estampa. 

Esta casa alentejana, de blanco inmaculado en Sao Francisco da Serra se quedará tan grabada en mí, que la usaré de refugio de mis pensamientos cuando vengan tempestades. Me trasladaré aquí, a mi hamaca, mi fiel compañera. Esa que me invita y motiva a escribir después de una larga pausa.

Me ayudo de la mano apoyándome en el suelo para impulsarme y columpiarme. Veo las estrellas en movimiento y me gusta, me hace reconectar con el niño que llevo dentro y que siempre me he negado a matar. Ser niños es ver el mundo sin filtros, fijándose en todo lo mágico de este planeta que los adultos ya sentimos que nos hemos acostumbrado y dejamos de prestar atención. Ese grillo incesante en su canto, ese ladrido de perro, esa infinidad de estrellas, esa luz de farola en la lejanía, columpiarse en una hamaca. Esa cantidad de sueños que se tienen cuando eres niño y que siempre los ves posibles por muy irrealizables que parezcan. En la mente de un niño todo es realizable y posible.

Comer en una taberna tradicional en «O ARCO»

En cada localidad de Portugal que visito, intento buscar esa taberna tradicional a la que acuden los habitantes locales a disfrutar de la comida. Eso es algo que nunca falla en ningún punto del planeta pero aquí en Portugal me he encontrado con grandes lugares, que se han convertido en fijos,  siguiendo esa tradición. Esta taberna O ARCO es un lugar de comidas con decoración sobria pero con una comida casera servida en grandes porciones y con un rico sabor. 

Disfrutar de los paisajes y tradiciones de la zona

Siente cada pueblo, cada carretera, cada finca. Quizás yo, que estoy acostumbrado al norte de Portugal, me maravillaba por las diferencias que me encontraba. Este no era «mi Portugal» , ese al que estoy acostumbrado, pero era un Portugal del que sin duda también me iba enamorando con cada paso que daba, cada kilometro de carretera que recorría, cada paisaje que me encontraba.

Me alucinaban sus paradas de autobús, sus paisajes infinitos de alcornoques, sus contrucciones blancas siempre acompañadas de otro color vivo (azul o amarillo especialmente), sus buzones comunitarios, su tranquilidad. 

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