
Solo a media hora en coche desde la ciudad de Oporto y enclavado en un valle de gran belleza natural está el pequeño municipio de Paredes. Esta zona, ubicada en el corazón de la región norte de Portugal, ofrece importantes atractivos desconocidos en buena parte para el gran público y fácilmente accesibles.
Paredes es un lugar no solo para visitar, si no para vivir y para sentir, para experimentar. Por eso, lejos de reducir este espacio a un listado de monumentos, si me acompañáis, os propongo un recorrido por este bello municipio portugués empleando los cinco sentidos.
1. VISTA: Contemplar la fuerza del agua en Nossa Senhora do Salto
El intenso rugido del río Sousa, que atraviesa Paredes, se escucha a una distancia considerable con las abundantes lluvias del invierno. Uno de sus rincones más especiales es el de Nossa Senhora do Salto, donde el paso de las aguas ha formado una hermosa garganta de piedra desde la que admirar la fuerza de su caudal y las caprichosas formas de las rocas. En medio de este espacio, un puente colgante de madera atraviesa el río, solo apto para los más valientes.
Aunque desde este lugar también se divisa el moderno viaducto que conecta Paredes con Oporto, el encanto de esta zona natural es tan fuerte que, buscando un poco, podrás encontrar lugares donde conectar única y directamente con la naturaleza.
2. TACTO : Buscar oro en las minas de Castromil
Enclavado en un bello paraje natural, el pueblo de Castromil destaca por sus numerosas cruces talladas en piedra y por la fe que hace proteger a sus viviendas con la figura de la Virgen de Fátima.
El ritmo relajado de su vida permite aún observar a abuelos haciendo sus tareas habituales, hombres cortando leña y mujeres que atienden sus huertos.
A poca distancia se encuentran los túneles de las minas de oro, donde explorar los vestigios de esta antigua actividad. Aunque a día de hoy es prácticamente imposible conseguir oro en la zona, ya que es de tamaño microscópico, se trata de un original atractivo turístico que nos permite sacar al niño aventurero que todos llevamos dentro.
3. OÍDO : Escuchar canto gregoriano en el Mosteiro de Cete
Integrado en la Ruta del Románico del Valle del Sousa, el Monasterio de San Pedro de Cete, de origen benedictino, es una visita obligada en la zona.
Datado del siglo IX o X, se trata de una construcción románica, de las más antiguas de Portugal, con características añadidas del gótico tardío y remodelado en varias ocasiones a lo largo de los siglos. En particular, destaca su claustro, especialmente hermoso.
El complemento perfecto durante la visita es un monje que nos acompaña con la melodía de su canto gregoriano y nos hace viajar, así, en el tiempo, remontándonos a los orígenes de este monasterio.
4. OLFATO : Caminar entre camelias en la Casa da Cultura
La Casa da Cultura de Paredes se sitúa en una peculiar casona hecha por un portugués emigrado a Brasil, que al volver trajo consigo tanto las costumbres como conceptos arquitectónicos de ultramar. Dotada de grandes ventanales y de líneas elegantes, en la actualidad se emplea para distintos eventos, actividades y exposiciones de autores locales.

Uno de sus atractivos más llamativos son los jardines, que se llenan de esplendor durante la primavera, cuando los árboles se llenan de hermosas camelias de colores rosas y rojos. Caminar entre estos árboles es como pasear por una alfombra natural de pétalos que hacen la visita más intensa si cabe.
5. GUSTO : Saborear sopa seca y cabrito
Un punto impresdincible en Paredes, como en cualquier visita a Portugal, es la gastronomía. Los platos de esta zona destacan por el hecho de que la carne se acompaña con piña y frijoles, algo muy común en Brasil pero más inusual en Europa.
El plato más popular es el cabrito asado, que puede degustarse en casi cualquier lugar y que protagoniza sus celebraciones gastronómicas. El producto, autóctono, se cocina durante horas en el horno de leña. También pertenece a la gastronomía típica la ‘sopa seca’, un curioso plato hecho con pan. Precisamente el pan forma parte también de la rica cocina de Paredes, con distintas modalidades de este producto entre las que destaca la que incluye trozos de chorizo. ¡Imposible no volver con unos kilos de más!
Ya sea por disfrutar de su naturaleza, entrar en contacto con su patrimonio, contemplar sus estampas primaverales, realizar actividades alternativas o, por qué no, por un buen plato de cabrito, Paredes es una región portuguesa que merece una escapada para conocer estos y otros de sus variados encantos.
¿Os animáis?
No tenía ni idea de que al lado de Oporto está esta preciosidad de villa. Es justo como a mí me gusta: rodeada de naturaleza, con historias antiguas y tesoros escondidos. Además, parece muy auténtica, tanto por su comida como por su gente.
Una cosa que no me quedó muy clara: ¿el monje que os acompañaba en vuestra visita al monasterio de Cete cantaba él mismo o tenía un reproductor de música? Me resulta muy curiosa esta visita.
Para mí, también fue un hermoso descubrimiento y encima en primavera que se llena de camelias. Es un pueblo muy auténtico y muy poco visitado por su desconocimiento.
El monje cantaba él mismo, era como estar en el medievo. Un momento muy emocionante de la visita a Paredes.
Saludos
Hola Rubén,
No tenía ni idea de este lugar y me ha parecido precioso. Tengo que enterarme si hay transporte público desde Porto porque me parece súper tranquilo para pasar un día.
¡Un saludo!