
Necroturismo: de ruta por el más allá
A lo largo de las diferentes culturas y épocas, y en distintos puntos del planeta, el culto a la muerte, en cualquiera de sus formas, ha sido siempre un denominador común del carácter humano.
La atracción humana por la muerte y todos los ritos que la rodean se plasma en la actualidad en un interés creciente por convertir los lugares de último descanso y otros espacios relacionados con el más allá en lugar de visita obligada.
El turismo de cementerios, o necroturismo, es una opción en alza que cada año gana más adeptos y que trata de borrar la última frontera del turismo: la que separa a los vivos del mundo de la muerte
Aunque cualquier momento del año es bueno para disfrutar de los aspectos culturales, etnológicos y artísticos que nos ofrecen estos espacios, es precisamente en esta época, en torno al Día de Todos los Santos y al Día de Difuntos cuando los camposantos nos ofrecen su mejor cara
El halo terrorífico de Halloween se extiende hasta los primeros días de noviembre para disfrutar también de la otra cara de la vida: la muerte, y los diferentes espacios desde los que podemos observarla.
Os presento mis 8 propuestas de lugares que miran directamente a la muerte:
Cementerio Pere – Lachaise (París, Francia)
Este cementerio parisino situado en la acertadamente llamada Rue de Repos (Calle del Reposo o Descanso) alberga las tumbas de ilustres personajes que destacaron en distintos campos como el dramaturgo irlandés Oscar Wilde, el cantante del grupo «The Doors» Jim Morrison y el novelista francés Honoré de Balzac, entre otros muchos. Caminar por este camposanto, situado en la zona oriental de la capital francesa, es toda una experiencia que nadie debe perderse. A través de largos senderos delimitados por altos árboles, que evocan el camino de la vida y su inevitable final, recorrer este espacio permite buscar las tumbas de muchas figuras ilustres que se mezclan con las de multitud de personas de las que ya sólo queda un nombre y una fecha grabada en una piedra.


Cementerio de Chichicastenango (Guatemala)
Todavía recuerdo la amabilidad con la que me recibieron los habitantes de este hermoso pueblo de Guatemala, donde conocí el sincretismo de primera mano y comprobé que una colina con hermosas construcciones coloridas resultaba ser uno de los cementerios más bellos que he visitado. Era domingo y, aunque había viajado hasta este rincón de Guatemala para conocer su famoso mercado, la joya de mi visita fue el recorrido por el cementerio en silencio, acompañado en todo momento por un ligero olor a humo que me conduciría directamente hacia un ritual chamánico, en el que el fuego juega un papel muy importante para conectar con los antepasados. Invitado por los nativos que allí estaban, pude asistir a este singular evento, ya que lo único que exigen es que seamos capaces de respetarlo.
Cementerio de Montmartre (París, Francia)
Recorriendo uno de mis barrios favoritos de París me encontré de pronto con este cementerio, de enorme extensión y gran belleza arquitectónica. Situado en mitad de la ciudad, ocupa un cuadrado casi perfecto en el que los árboles y el verde césped conviven con el cemento de los miles de panteones y tumbas que alberga este camposanto. El ramo seco de flores que aparece en la primera imagen me hizo reflexionar sobre el lugar donde me encontraba y sobre el olvido que trae consigo el inevitable paso del tiempo.
Cementerio de San Pedro (Salzburgo, Austria)
Me encontré con este cementerio en mi última visita a la hermosa ciudad de Salzburgo, en pleno invierno. Sus curiosas lápidas y el marco incomparable que ofrece el poder contemplar este lugar bajo una inmaculada y abundante capa de nieve, hace que lo considere uno de los lugares con más encanto de la ciudad de Mozart. Un consejo: la visión de este camposanto desde las catacumbas excavadas en la montaña no tiene desperdicio.


Cementerio de Glendalough (Irlanda)
Una espesa capa de niebla que no me permite ver más allá de unos metros de distancia, me recibe al llegar a Glendalough. Quizás por las características del día en el que lo conocí, recuerdo este lugar como muy lúgubre y digno de una película de terror, aunque luego me enteraría de que, en realidad, fue emplazamiento del rodaje de Braveheart. Su punto fuerte son las lápidas de estilo celta que se encuentran por todo el cementerio y que, mezcladas con la niebla, hacen de ésta una de mis visitas recomendadas.
Foto descargada de Pixabay
Catacumbas de San Francisco (Lima, Perú)
El convento de San Francisco es uno de mis lugares favoritos de la capital peruana. Su hermosa fachada exterior, de un agradable color amarillo, contrasta con el interior de la iglesia, que se tiñe de rojo y blanco, como la bandera nacional, y es digno de ser visitado. Sin embargo, el mayor atractivo de este convento se encuentra bajo tierra, en el subsuelo, y recibe el nombre de catacumbas. En este lugar, se pueden encontrar restos de miles de limeños que fueron enterrados a lo largo de los siglos, con una técnica muy empleada en la época: colocados uno encima de otro y cubiertos de cal para evitar que desprendiesen olor y para ayudar a su desintegración. Uno de los rincones más destacables de la visita a las catacumbas es el lugar conocido como Pozo, donde se encuentran ordenados en círculos multitud de huesos y cráneos. No os perdáis este lugar si visitáis la ciudad de los Reyes.
Cripta de los Capuchinos (Roma, Italia)
Situada muy cerca de la plaza Barberini, la iglesia de Santa María de la Concepción de los Capuchinos alberga una de las criptas más espectaculares en las que he estado. Dividida en 6 pequeñas capillas, la cripta ha sido decorada con los huesos de más de 4000 hermanos capuchinos. No es un lugar recomendable para personas muy sensibles pero si decides entrar, nunca saldrás siendo el mismo. En este lugar, se me quedó grabada una frase que representa un Carpe Diem absoluto y que es muy difícil que deje a alguien indiferente.
“Vosotros sois, lo que nosotros éramos. Nosotros somos, lo que vosotros seréis”
Zugarramurdi (Navarra, España)
Enclavado en plenos Pirineos navarros y fronterizo con la vecina Francia, Zugarramurdi es conocido por los aquelarres y ritos de brujería que se sucedieron en este pequeño pueblo, o que al menos así interpretó la Inquisición, que durante el siglo XVII no dejo de perseguir a las brujas que en este lugar se escondían. En la foto de la izquierda, tenemos una panorámica del pueblo mientras que nos encontramos con unas de las cuevas donde se realizaban los supuestos aquelarres y ritos a la derecha. Cerca a este pueblo, no podemos dejar de visitar las preciosas cuevas de Urdax.
Desde el pacífico lugar de descanso parisino del célebre Oscar Wilde, hasta los coloridos rincones para la muerte que reserva el sincretismo religioso en Guatemala, pasando por las raíces celtas de Irlanda o las tétricas representaciones de los Capuchinos en Roma, la muerte, y sus diferentes formas, han constituido desde siempre un atractivo esencial para el ser humano y son hoy también un valor en alza para el turismo.
Deseo que os haya gustado este post y que no dudéis en comentar si conocéis la existencia de más lugares para realizar necroturismo. Espero vuestros comentarios amigos!!!
Despierta un inusitado interés frutos de la observación de la naturaleza humana…vida y muerte se entremezclan en la vorágine diaria….Una verdadera perlita😊
Realmente esa es la magia del necroturismo, que nace por ese vínculo que los humanos tenemos con la muerte y el interés que nos suscita algo tan familiar y desconocido al mismo tiempo. Gracias por el comentario amiga!!
Nunca me inmagine que un visitante de tierras tan lejanas se expresara tan bien de Guatemala y nuestras bellas tradiciones del dia de los muertos, mis respetos y que siga promoviendo todos tus viajes, felicidades!!
Muchísimas gracias por tan lindas palabras. Realmente es sencillo hablar maravillas de un país cuyo pueblo me recibió con tanta amabilidad y que guarda tantas riquezas culturales y naturales. Siéntete orgullosa de tu país porque es impresionante! un fuerte abrazo!!
¡Hola! Menudos lugares…¡de muerte! La verdad es que hay cementerios muy bonitos por ahí, y la verdad es que el necroturismo cada vez se oye más… Añadiría los cementerios de Deià (Mallorca, España), el de Milán y el cementerio monumental de Amalfi (Campania, Italia). ¿Has estado? Son una maravilla…. ¡Un saludo!
Genial post Rubén. A nosotros nos gusta visitar cementerios cuando viajamos, me parece una buena forma de conocer el lugar.
Los que mencionas de París, me encantan. Y el de Guatemala me parece precioso. Tienes que visitar el de Dumbría, el cementerio de colores le llaman. No deja indiferente a nadie 😉
Un abrazo.
Genial artículo! Nosotros también practicamos el necroturismo (a veces son el único lugar de las ciudades que no están atestados de gente. Me uno a Maruxaina con las recomendaciones: el de San Amaro en A Coruña (quizás el más famoso de de Galicia) y el de Portela en Fisterra (con algún premio de arquitectura a sus espaldas).
Muy interesante el art. Me lo guardaré.
Agregaría muchos que conozco, por ej. el pequeño cementerio de Trafalgar en Gibraltar.